Un artículo de Núria Pujol y Nia Schamuells.

Recientemente la revista Science of the Total Environment (factor de impacto de 6.551) de Elsevier ha publicado un artículo controvertido. Se trata del artículo firmado por Moses Turkle Bility y otros 9 autores, todos de la Universidad de Pittsburg de Estados Unidos. El estudio “científico” habla, entre otras cosas, de la relación del covid-19 con la serpentinización y las anomalías litosféricas. Después de leer el paper, en este post analizamos el lado más geológico de este artículo.
La primera sorpresa de este artículo es la cantidad de terminología geológica utilizada, a lo que una como geóloga se pregunta: ¿Saben realmente de geología?
Después de una pequeña investigación todas las pruebas apuntan a que ninguno de los autores que firman el trabajo parece ser geóloga o geólogo. Todos los investigadores pertenecen al Departamento de Enfermedades Infecciosas y Microbiología y al Departamento de Epidemiología de la Universidad de Pittsburg. No está nada mal y más con los tiempos que corren, sin embargo, en cuanto leemos la palabra “serpentinización” en el título, lo más normal sería incluir a un experto como coautor. Decidimos dar un voto de confianza, quizá han leído mucho sobre el tema y se han documentado bastante bien, pero ¿lo han hecho?
Seguimos con el abstract, ese resumen que debe darte luz sobre lo que vas a estar leyendo durante unas cuantas horas…Se habla de “peridotite” (a ferromagnesian silicate) como si se tratara de un mineral. Quizá empezar la casa por el tejado no fue una buena opción, ya en su corta vida de estudiantes, los geólogos aprenden la diferencia entre mineral y roca. Dejemos las cosas claras, la peridotita es una ROCA formada por diferentes minerales ferromagnesianos, que no un MINERAL. Una rápida búsqueda en Wikipedia habría bastado para una distinción tan básica.

A un abstract surrealista le sigue una introducción que “en principio” parece prometedora, con muchas referencias a artículos científicos (aunque se sigue repitiendo el término de “peridotite”). Después de una extensa revisión, uno empieza a darse cuenta de que no han entendido nada, geológicamente hablando. Todo parece normal, un poco tomado por los pelos en cuando a conceptos básicos y de repente las referencias pasan a explicar el uso de los amuletos en civilizaciones indígenas. No nos malinterpretéis nos encanta la arqueología, lo que nos suele resultar “intrigante” como geólogas es el uso de minerales como “piedras mágicas y energéticas” en una revista científica. No vamos a meternos en esa trinchera, mejor seguimos con la ciencia.
EL ESTUDIO EN CUESTIÓN
La parte “potente” del trabajo nos habla de la COVID-19, entendemos que como no expertas y ya fuera de nuestro campo de especialidad, no es de nuestra competencia opinar sobre las diferentes teorías de propagación del virus y los diferentes grados de afectación en las comunidades, para ello llamaríamos a una epidemióloga y a una viróloga.
Nos lanzamos hacia el último párrafo de la discusión, donde se mezclan el surrealismo y la frase de “vamos a mezclar lo poco que sabemos de muchas áreas que no dominamos para cocinarte una teoría pseudocientífica y así todos os ponéis un amuleto de jade” a lo que nosotras nos preguntamos, ¿Tendrán por casualidad una mina o una empresa de tallado de rocas ornamentales?
Después de leer el apartado de materiales y metodología, se ve claramente que los autores dominan los experimentos con ratas, pero como eso no nos incumbe, ¿Qué ocurre con la parte de la geología? Hablemos de los resultados y su frase introductoria:
“We propose that the serpentinization of peridotites in the lithospheric mantle via interaction with carbon dioxide-enriched water results in the generation of LWMAs in tectonic plates with Precambrian cratons during conditions in the Holocene with increased atmospheric carbon dioxide and terrestrial water storage and severely weakened geomagnetic field intensity”
Bitily et al. (2020)
Lo cierto es que nos encantaría poder entender esta frase, y la siguiente, pero, aunque hayamos trabajado en el tema de serpentinización, no conseguimos ver la relación entre todos estos conceptos… Si intentas ordenar la información esto es lo que sacas a duras penas:
- La producción de óxidos durante la serpentinización, produce LWMAs,“long-wavelength magnetic anomalies” (¿anomalías magnéticas de longitud de onda larga?).
- Esta producción de óxidos es más elevada con estas anomalías.
- Los órganos propensos al virus tienen acumulación de estos óxidos.
- Eso produce más COVID-19.
- Solución: ponerse un amuleto de jade.
Después de leer y releer muchas veces e intentar comprender sus argumentos, nuestra humilde opinión como geólogas es que no han entendido-leído las referencias que citan. Una vez introducidas las LWMAs las relacionan directamente con la covid, y eso que aún no lo hemos entendido muy bien. Ellos no lo saben, pero es posible que acaben de crear una nueva disciplina de la geofísica, porque según el artículo, las ondas producen transformaciones en el tejido humano causando la enfermedad. Pero entonces ¿no hay virus?
Según los autores estas ondas (LWMAs) que causan la COVID-19 se generan en el manto litosférico de placas tectónicas con cratones Proterozoicos (regiones de entre 2400 y 544 Ma, casi la mitad de la historia de la Tierra) durante la serpentinización*, y ahí ya nos hemos perdido porque no entendemos como relacionar el precámbrico con un virus actual que afecta a los humanos. Sólo esperamos que nuestra querida fauna precámbrica no se viera afectada por la covid…
*Serpentinización: alteración de las peridotitas (rocas del manto) debido a la infiltración de agua marina a condiciones de baja presión y baja temperatura (entre 30 y 700 ºC).
Es sabido que hay autores que relacionan la serpentinización con el origen de la vida, pero este nuevo enfoque de serpentinización y órganos humanos es tan novedoso como para producir una serie en Netflix. ¿Realmente pueden ocurrir procesos de serpentinizació en la sangre humana? Los autores citan algunas referencias (Lamadrid et al., 2017; Huang et al., 2017) para apoyar su teoría, pero todas son puramente geológicas, y suelen hablar de cambios composicionales, sobre todo en el olivino y piroxeno, que desde luego no son glóbulos rojos, pero sí son minerales (que no rocas).
Si regresamos al hecho de que apuntan que las zonas más afectadas por estas “Ondas Víricas” son los cratones proterozoicos, entonces ¿qué ocurre con Europa? ¿Acaso nos estamos inventando esta segunda y tercera oleada?
Para que lo entendáis, los cratones son zonas de la tierra que han sufrido muy poca trasformación durante millones de años y Europa tiene poco de ese tipo de roca. Si comparamos las Figuras 10b y la 11a del artículo, podemos observar como en la zona de más afectación no hay apenas proterozoico. Tampoco entendemos como han podido realizar el gráfico de la Fig. 11b, donde la presencia de Proterozoico aparece mayor en Western Europe que en Asia, siendo el contrario en su mismo mapa. También relacionan la incidencia de COVID-19 con los cambios de estaciones, con máximos de COVID durante los equinoccios y mínimos durante los solsticios. De verdad que esperamos que tengan razón para poder comernos el turrón con tranquilidad y realizar nuestro habitual gasto capitalista en el respetivo centro comercial de turno.



Y si creíais que esto terminaba aquí estáis muy equivocados, porque a las “Ondas Víricas” y a los “Cratones Invisibles” hay que sumar la siguiente frase:
“Therefore, terrestrial water storage is a significant determinant of severe COVID-19 outbreaks in tectonic plates with Proterozoic cratons (Giampouras et al., 2019).”
Bitily et al. (2020)
Dónde se asume que los acuíferos terrestres son determinantes para la propagación del virus. De este modo entramos en una clara malinterpretación del estudio de Giampouras et al. sobre aguas hiper-alcalinas en el macizo peridotítico de Ronda, Málaga (Giampouras, M., et al., 2019. Geochemistry and mineralogy of serpentinization-driven hyperalkaline springs in the Ronda peridotites. Lithos 350).
EN CONCLUSIÓN, LA COMUNIDAD GEOLÓGICA
Recapitulemos, tenemos en esta novela algunos seres malvados que parecen producir la desestabilidad global actual, ellos son: las Ondas Víricas, los Cratones invisibles y las reservas de agua en la Tierra y de repente introducimos a un héroe llamado Nefrita y que hace su aparición con la siguiente frase:
“Additionally, the development of personal protective equipment/devices, such as Nephrite-Jade amulets (Harlow and Sorensen, 2005), which may readily interact with and abrogate serpentinizationinduced LWMAs, may provide a means of shielding humans and preventing COVID-19.”
Bitily et al. (2020)
La referencia en esta frase corresponde a un estudio científico de la nefrita, desde un punto de vista petrológico. Y que, en todo el artículo, no presentan ningún experimento que confirme que la nefrita puede ser eficaz, ni siquiera lo han probado en sus ratas.
A resumidas cuentas: los amuletos de jade protegen de la COVID. Y no es que tenga una clara explicación científica, más bien es una tradición que se remonta a la cultura china, así que seguimos sin comprender cuál es el origen de los poderes del jade y ya sabemos que, no explicar el origen de un héroe, no es la mejor manera de comenzar una saga de superhéroes.
Llegamos al final de este post de opinión y seguimos sorprendidas de que este artículo se haya publicado después de sus correspondientes revisiones (aunque estamos muy seguras de que haya sido revisado por ningún geólogo/geóloga) en una revista de Elsevier con un factor de impacto de más de 6. Al respecto, la comunidad geológica se ha pronunciado y no parece haber ningún investigador al que no le haya dolido ver el título de este artículo publicado. Parece ser que en este caso el factor publicitario ha entrado en juego y la frase “Que hablen de ti, aunque sea mal” se ha cumplido. (os dejamos con algunos hilos de twitter)
Para terminar y desde un punto de vista más serio, es esta clase de artículos los que “envenenan” la opinión ciudadana de los científicos. En estos momentos tan críticos, en los cuales está muriendo gente cada día no nos parece lo más sensato publicar este tipo de pseudociencia que hace disminuir la credibilidad de la comunidad científica y aumentar el caos informativo. Aunque al principio este artículo genera un sentimiento de burla, las implicaciones que tiene detrás pueden ser desastrosas. Por este motivo, desde Razones Para salir con Un Geólogo, sugerimos que se proceda a la retirada de este artículo cuanto antes.
Si os habéis podido leer el paper y tenéis otras observaciones o comentarios los podéis dejar aquí abajo. Así entre todos construiremos este espacio de opinión y discusión.
Más opiniones al respecto:
Podcast al respecto: https://geocastaway.com/
El artículo en cuestión AQUÍ
BIBLIOGRAFÍA
Huang, R., Lin, C. T., Sun, W., Ding, X., Zhan, W., & Zhu, J. (2017). The production of iron oxide during peridotite serpentinization: Influence of pyroxene. Geoscience Frontiers, 8(6), 1311-1321
Lamadrid, H. M., Rimstidt, J. D., Schwarzenbach, E. M., Klein, F., Ulrich, S., Dolocan, A., & Bodnar, R. J. (2017). Effect of water activity on rates of serpentinization of olivine. Nature communications, 8(1), 1-9.
Hola tengo varias preguntas. En tu artículo comentas como un grupo de biólogos y virologo escriben un articulo sobre los beneficios del jade negrita contra la covid 19, cómo osan a hablar de rocas y de minerales sin contar en sus investigaciones con geologos por lo que los tacha is de artículo pseudo científico.
Hace 100 años científicos como Albert Einstein, y otros, físicos, descubrieron la capacidad del uranio de generar energía, en el correr de siglo 20, hemos tenido inventos como los rayos x, la era del silicio, con ordenadores, móviles, y ahorro el uso del litio para la fabricación de baterías eléctricas. El uso del coltan, e incluso el descubrimiento de que el Torio genera más energía que el uranio.
Mi pregunta es, en qué medida habéis contribuido los geologos a estos descubrimientos?, habéis formado equipo con físicos e ingenieros?
Hola Josefina, en referencia a tu pregunta y las cosas que planteas, los estudios geológicos se encuentran en la base de la «cadena alimenticia» de la investigación, a partir de nuestros estudios de: minerales, terreno, estructuras geológicas…Los físicos, los ingenieros, los químicos, etc, realizan muchos de sus trabajos. Respecto a descubrimientos «antiguos» como los que planteas, nos remontamos al «hombre de ciencias» en el que muchísimos investigadores dominaban una gran variedad de técnicas y ramas. En la actualidad las investigaciones han cambiado hacia el «grupo de trabajo» que abarca varias disciplinas cada vez más complejas (tienden a la especialización, es decir, a la formación de expertos en temas muy concretos). En el caso de la geología, por suerte, también contamos con geofísicos, geoquímicos, ingenieros geólogos que hace demasiado bien su trabajo. No habremos descubierto las baterías de litio, pero estudiamos los yacimientos de dónde se puede extraer, la verdad es que nuestros delirios de grandeza no son tan potentes, si te parecemos discretos es que no has indagado a fondo a cerca del «origen» de las cosas. Un salud! gracias por tu comentario.
Pd: ¿Sabías que Darwin fue un gran admirador de Charles Lyell? Este señor fue uno de los grandes padres de la Geología. Se dice que sus teorías ayudaron a Darwin a modelar su cosillas sobre la evolución.
Cuando la gente quiere llamar la atención. Un respeto a todas las profesiones, señora.